-CAPITULO 12-

 Mierda ...

Rias tenía problemas, resulta que Issa se había encontrado con una monja, llegó corriendo a su oficina, pidiendo que la salvará...

[Escena retrospectiva]

Suspirando, Rias revisaba el informe entregado por Naruto , diciendo que se quedaría un día más , iba a escribir una carta de vuelta , cuando Issa entró de una patada , alertando a todos en el cuarto , siendo el único faltante el rubio mayor .

-"Bouchou, ¡Asia está en peligro!" - Gritó Issa apresurada, había sudor en su rostro y su pecho subía y bajaba de manera irregular, dando a entender que corrió hasta ahí .

-"Te dije que no te metieras con esa monja, ella es peligrosa y podría desencadenar un conflicto con la iglesia"- Rias se levantó de su asiento, claramente molesta por que la castaña ignoró sus órdenes, caminando hacia ella y parandose de frente, la pelirroja un poco más alta.

-"Pero tenemos que ayudarla, ¡No podemos simplemente dejarla mo-". Fue silenciada la castaña, por una bofetada de la pelirroja, aún con un pequeño shock de haber sido golpeada.

-"¡No podemos hacer nada, no nos concierne y podría desencadenar una guerra con lo delicadas que están las cosas ahora mismo, entiende!"- Gritó Rías, en este punto ya enojada por la terquedad de su peón.

Recibiendo una mirada dolida y enojada de la castaña, está misma salió del edificio, gritando que no necesitaba su ayuda y salvaría a Asia, y no tuvo otra opción que mandar a Kiba y Koneko, que cuidaran que Issa no cometiera una idiotez más grande.

[Fin escena retrospectiva]

Y si, la salvó de una muerte segura, arrancando la sacred gear de un ángel caído femenino, desconocido su nombre para ella, pero muriendo después de que este fue arrancado de su alma, con Issa rogandole a la pelirroja que resucitara a la monja en su peaje, pero pensadolo bien, twilight healing era un engranaje sagrado muy poderoso, no al nivel longinus , pero aún así totalmente útil.

Reencarnada como su alfil, Asia Argento, ahora era un demonio santo.

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[Kyoto, 08-00 horas]

Abriendo los ojos con un suspiro, Naruto se levantó con cuidado del futon, mostrando que llevaba una camisa negra, un pantalón anbu naranja, pero descalzo, con el collar que le fue dado por Tsunade colgando en su cuello, tomando su cobija y doblandola y dejandola ordenada, levantándose en silencio y saliendo del cuarto que le habían dado para su estadía mientras hacia cumplimiento de su misión, investigar por que había movimiento de los caídos en Kyoto, siendo que estaban muy lejos de su zona.

La razón ya la sabía, siendo que buscaban conseguir a Kunou, que por casualidad, es hija de Yasaka, la mujer que debía contactar.

Con el ángel caído que había capturado, descubrieron sus planes, el principal siendo conseguir capturar a Kunou, así pidiendo chantajear a Yasaka, para que cumpliera cualquier demanda que ellos tuvieran, pero falló rotundamente en el momento que Kunou llegó a brazos de Naruto.

Ya tenía 3 días en Kyoto, en el segundo día, sintió un escalofrío pensando que algo estaba mal en Kuoh, pero tuvo que ignorarlo debido a que estaba cumpliendo su misión, la cual ya había sido terminada, expulsar a los caídos restantes de Kyoto, y este era su último día, sólo se había quedado un día más bajo peticion de Yasaka y Kunou.

Y hablando de madre e hija, Kunou se había encariñado bastante con el rubio, siendo que no se despegaba de el, llegando a llamarlo hermano .

Yasaka, era otra cosa, ella tenía un gran agradecimiento con el rubio por haber salvado a su hija, y lo trataba como a un gran amigo, y obviamente el rubio estaba comodo con la relacion amistosa que tenía con la rubia más grande.

Mientras pensaba en todo esto, un borron amarillo llegó corriendo hacia el , golpeando su pecho y aferrandose a este .

-Buenos días, Ku-chan- Rió el rubio/pelirrojo, acariciando el cabello de Kunou la cuál froto su mejilla en su pecho, llevando está una pijama completa de color blanco, que tenía dibujos de zorros color amarillo en ella.

-¡Buenos días Naru-nii!- Le respondió la rubia pequeña, mirandolo con una sonrisa brillante, y sus ojos brillando en emoción, se bajó de su pecho y caminó junto a el, su mano tomada a la suya.

-¿Tu madre ya se despertó?- Preguntó Naruto, recibiendo un "sip" en respuesta de la pequeña, mientras caminaban tranquilamente al comedor a tomar su desayuno.

Un momento más tarde, llegaron al pequeño comedor personal que tenía Yasaka para ella y su hija, pero a petición de Kunou, abrieron un espacio para el rubio/pelirrojo que aceptó con una sonrisa el comer con ellas.

Llegando tranquilamente, siendo recibidos por unas sonriente Yasaka, vestida con su normal obi dorado, el kimono presenta un interior blanco y está abierto a la altura de los hombros, dando vista a sus enormes pechos, su cabello agarrado en una coleta alta que se soltaba cuando llegaba a la altura de sus muslos, la cual miraba el televisor en la pared.

-Buenos días, Naruto- Habló con su suave voz Yasaka, mirando al rubio con una leve sonrisa.

-Buenos días, Yasaka- Dijo Naruto de vuelta, sentándose frente a está misma, viendo también al televisor.

-Supongo que hoy te vas- Dijo la líder Yokai, sonando ligeramente decepcionada, viendo a su hija, y como las orejas sobre su cabeza caían a sus lados, demostrando que estaba triste.

-Correcto, mi mision fue cumplida y debo irme, antes sentí un mal presentimiento sobre mis amigos, y debo ir a investigar lo antes posible y evitar cualquier riesgo- Habló Naruto, levantando su mano y acariciando con suavidad la cabeza de Kunou, la cual se sorprendió un segundo, antes de derretirse bajo el tacto de Naruto.

-Entiendo...Supongo que aún tienes responsabilidades con ellos, Más tarde pasará un tren camino a Kuoh, Kunou y yo podemos ir contigo personalmente- Terminó de hablar la rubia mayor, siendo que había tenido un dedo en su boca, lo había sacado lentamente de su boca de manera sensual, pero decepcionandose poco después al ver que el rubio ignoró el gesto.

-¡Claro!, sería asombroso- Sonrió Naruto a Yasaka, recibiendo una brillante sonrisa de Kunou, y un ligeramente decepcionado suspiro de la primera.

Naruto había captado el interés de Yasaka, aparte de que podía sentir un pico de energía Yokai dentro del rubio, también este nunca ls miro a sus pechos, alto que tendían a hacer todos los hombres con los que se encontraban, pero Naruto, en ningún momento la llegó a mirar más lejos de donde estaba su rostro, y ella respetó eso mucho, al mismo tiempo que le atrajo y decepcionó, siendo que el rubio era muy idiota para captar indirectas.

Dando un suspiro mental, la rubia mayor vio llegar la comida y sólo se resignó a tener una agradable comida con su hija, y Naruto.

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[Estación de trenes de Kyoto, 1400 horas]

-Supongo que...Adiós...- Habló la pequeña Kunou, viendo al suelo mientras el tren que abordará el rubio se veía en la lejanía acercarse, con Naruto agachandose al nivel de Kunou, y acariciando su cabeza.

-Oye, no es un adiós, vendré de vez en cuando de visita, ¿si?- Le dijo Naruto a la rubia menor, la sólo asintió y abrazo al rubio con fuerza, el cual regresó el abrazo con suavidad, acariciando su espalda y separándose poco después, para estar cara a cara con Yasaka .

-¿En serio vendrás?- Preguntó la kitsune, con un poco de esperanza en su voz, tener al rubio le dio un color distinto a su hogar, y uno bastante agradable, aparte de que le gustaba que Kunou no estuviera sola y tuviera a quien le hiciera compañía cuando ella no podía, así como ella misma queria compañia de un hombre.

-Claro que lo haré, es una promesa- Dijo el rubio, poniendo su pecho en su mano y, esas palabras, calentaron el corazon de la rubia, se sintió más segura, y sabía que el cumpliría su promesa.

Acercándose al rubio, el cual era más alto, lo abrazó, el cual se sorprendió ligeramente, para devolver el abrazo poco después, mientras Yasaka, respiraba su aroma inconscientemente, algo que el rubio no notó, mientras el tren llegaba y hacia sonar sus frenos con fuerza, mientras algunas personas comenzaban a abordar, el rubio se separó de la rubia y se alejó con una sonrisa, subiendo al tren y dándoles uns última sonrisa.

-Nos vemos-